Yo siempre digo que, sacando lo de nuestros muchos y muy buenos maestros uruguayos, todo lo demás lo aprendí del básquetbol argentino en general y de sus entrenadores en particular. A mí me enseñaron mucho más que muchas leyendas del bball mundial en diferentes idiomas y épocas de este juego. Incluso a muchos de los que me enseñaron los conocí jovencitos y aprendiendo de mí mismo, en charlas posteriores a algunas de mis actuaciones al frente de la Selección Nacional de mi país, como entrenador jefe. Hay que ver la inquietud por aquél resurgimiento que logramos con la generación que clasificó al Mundial Juvenil de Canadá en 1992 (la última celeste que salió del continente a competir). Nos pedían reuniones, cafés, preguntas acerca de aquella Operación Altura que el gran Federico Slinger y su equipo nos permitieran desarrollar a través de un trabajo de 6 meses con un programa de Promesas Olímpicas. Ese Cuerpo Técnico de lujo en el que estaban nada menos que Alberto Espasandín y el Profesor Luis Betolaza, más tarde Rubens Valenzuela, era consultado por aquellos jóvenes inquietos que ya estaban encaminados a través de su Selección a grandes resultados (Bronce en Edmonton, Canadá). Esos jóvenes eran los "Che" García, Julio Lamas, Sergio Hernández, Rubén Magnano, todos mucho más jóvenes que yo. Al cabo del tiempo este veterano se encontraba en innúmeras clínicas, charlas, debates, cafecitos y etcéteras, tratando de preguntar ahora, cómo era que estaban desarrollando en forma colectiva y conjunta lo que hoy el mundo entero les reconoce. Siempre me llamó la atención que nadie de Uruguay, ni siquiera en la FUBB (donde han perdido sistemáticamente toda la información y recopilación de datos presentada de aquella época) quiso preguntar cómo fueron aquellos procesos. Nunca nadie formuló alternativas, tampoco aquellos que decían que esa no era la manera de hacer Operativos Altura o ciclos de desarrollo de talentos. Es más, nunca hubo otro intento. Se ha reiterado la visión que muchos de nuestros colegas tratan de imponer para lograr un cargo, esa que pretende suponer algún tipo de drill, de sistema, de capacidad diferente en cuanto a tipos de trabajos que, con ése entrenador en determinado cargo aportaría la solución y el mejoramiento. Así están desde hace años los "Coordinadores de Formativas" y los "Proyectos de Formativas" y hasta la jactancia dirigencial frente al pretendido énfasis que, creen de buena fe, le asignan a la formación de jugadores a nivel de Selección. En Argentina en la que parecía superada esa venta de marketing de algunos entrenadores a través de un gran exhibicionismo de sus trabajos más efectistas, también recayeron en estos últimos años. Pero por suerte parece que todo se reformula, en Argentina porque acá todo llega mucho más tarde, y los vecinos retornarían a las fuentes en materia de organización de sus estructuras de Selección.
La contratación de Julio Lamas parece ser un retorno a la forma organizativa que le diera tantos resultados a la Argentina con sus Selecciones Nacionales. Alguien, creemos a la distancia que fue desde la llegada de Germán Vaccaro (ex dirigente de Independiente de General Pico) al manejo de las Selecciones en la CABB, ideó esta actual estructura que pone un entrenador exclusivo de formativas como Enrique Tolcachier. Y también abrió la canilla para el entrenador "part-time" arriba, como solución al problema económico-financiero que generaban las nuevas suculentas ofertas recibidas por todo entrenador argentino que pasara por los exitosos grupos seleccionados. Los resultados fueron implacables, sin embargo, claramente negativos con relación al formato anterior en el que primero fue el Profesor Alberto Finguer, luego Guillermo Vecchio, Julio Lamas, y finalmente Rubén Magnano quienes dirigieron el proceso desde la cabeza de las Selecciones Nacionales. Todos estos con excepción del primer nombrado fueron pasando por toda la estructura y crecieron en el árbol del Cuerpo Técnico Nacional al mismo tiempo que los jugadores elegidos lo hacían en el de los equipos nacionales. Siempre la responsabilidad estaba en el Jefe.
Este nuevo formato del que hablábamos, se gestó con la contratación part time del Oveja que siguió trabajando en Peñarol (LNB, Copa Argentina, Liga de las Américas, Liga Sudamericana, Interligas con Brasil, etc) por lo que se hace difícil hablar de seguimiento y responsabilidades al frente del resto del proceso. Para mejor entró una dinámica de poner asistentes por afinidad de agentes que los representan (sin que esto implique ningún desmerecimiento a los muy buenos profesionales que ejercieron la tarea), con el resultado de grupos técnicos que no tienen continuidad, porque ahora se va el Oveja y hay que ir a buscar afuera de ese grupo de entrenadores un nuevo técnico con estructura completa. Otro problema que surgió en el medio fue ese error en el que cayeron los nuevos arribados a la conducción dirigencial, de ser conquistados por un especialista en Entrenador Asistente como Enrique Tolcachier.
El Tolca estuvo en todos los procesos, más cerca que nunca en el de Rubén Magnano, quizá por afinidad cordobesa, pero siempre en lo que muy bien sabe hacer: cumplir con el trabajo de fajina, ordenando un entrenamiento, generando información sobre equipo y jugadores, propios y ajenos, manejando software, en fin, desarrollando todo ese trabajo que es hiperactivo, cansador, vistoso para el dirigente que lo vive en los hoteles o las canchas de entrenamiento. Pero ese es un trabajo que no completa siquiera el 30 % de las tareas que requiere la dirección de un equipo de básquetbol. Sucede que es lo más "vendible" para que lo compre el dirigente. En nuestro país tenemos ejemplos de ello a raudales. Y en la estructura del Oveja, el Tolca pidió cancha mayor y hubo que designarlo con un cargo de coordinador de Formativas albicelestes que no reporta a nadie en el Cuerpo Técnico mayor. Nos recuerda a aquél último Ferro de León Najnudel como entrenador Jefe pero con Tolca de asistente técnico, lugar que le obligó a tomar las riendas cada vez más en virtud de la cruel e innecesaria enfermedad de León. Vimos algún entrenamiento, nos juntamos con nuestro Racing, recién armado también por León y que había perdido a un tal Nocioni que él arrimó el año anterior luego de matarlo de hambre durante una temporada entera. Entre sus gurises estaba Luisito Scola, Diego Logrippo, un muy jovencito Ciorciari, y otros muchos nombres que todavía pueblan equipos de todas partes del mundo. ¡Cómo trabajaba el Tolca! Daba gusto verlo. Aún después de la ausencia de León estuvo un muy buen año de Ferro. Pero a la larga quedó demostrado que el de los reclutamientos, los trabajos de organización, el diseño del proyecto y la ejecución deportiva del mismo era León. Y eso que el gran Najnudel lo hacía en los últimos tiempos desde una silla al costado de la cancha y finalmente hasta por teléfono.
Ese "trabajismo" que en nuestro país le ha entrado tanto a muchos dirigentes y a alguna prensa acerca de los entrenadores, cobró su víctima en el proyecto de selecciones de la CABB. Se sintieron en la necesidad de "no perder" a Tolcachier y lo pusieron con un cargo de jerarquía máxima en las formativas nacionales. Esto salvó la relación con Tolcachier pero a costa de desmerecer la organización de Selecciones. Porque también está claro que jamás se podrá meter al Tolca como entrenador Jefe de la Selección Argentina. No como antes sí se pudo recurrir dentro de los cuerpos técnicos de los nombrados anteriormente a Julio Lamas, Rubén Magnano, el propio Sergio Hernández y el propio Fernando Duró, a quién todavía no le llegó pero bien podría porque está capacitado para "jefaturear", en mi concepto. Y todos ellos estuvieron como jefes y asistentes de todos. Yo debuté en la Selección Uruguaya con una serie de amistosos ante Argentina en el año 1987, donde había un cuerpo técnico que tenía a Flor Meléndez a la cabeza, con Rubén Magnano de Preparador Físico en Atenas de Córdoba junto a Walter Garrone, además de Guillermo Vecchio como asistente de Flor y Duró por ahí también entreverado. ¿Cómo se podrá rejuntar nuevamente todo eso que tan bien cuajaba con el paso de los años para volver a poner a la Argentina donde puede estar? Pues parece que vuelve Julio Lamas y se habla de reestructurar como antes. Eso está bueno porque en el posible futuro Cuerpo Técnico hay lugar para todos los que nombramos. Y para volver a meter a Tolca donde es tan útil, en el trabajo concreto bajo responsabilidad ajena y no en el diseño, que no es su mejor prestación. Hasta el "Oveja", del riñón de Julio y ambos del de León en el viejo Sport Club de Cañada Gómez, podría no quedar absolutamente de costado. Y todos volviendo a sumar, como cuando construyeron esa maravilla mundial que es el básquetbol argentino de hoy. El desafío es lograr que continúe siendo eso: una maravilla.
La información:
Hoy parece volver todo a su cauce
Todo parece encaminado para que Julio Lamas, actual entrenador de Obras Sanitarias, acepte hoy ser el nuevo técnico del seleccionado nacional, tras la desvinculación de Sergio Hernández.
El presidente de la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB), Germán Vaccaro, que ya le ofreció el cargo hace una semana durante una charla telefónica, se reunirá después del mediodía con Lamas para acordar los términos de la relación. El dirigente quiere que asuma por cuatro años, con opción a dos más, y que se encargue de las divisiones inferiores junto con Enrique Tolcachier para avanzar sobre la inexorable renovación de la Generación Dorada.
Lamas, que tiene contrato con Obras hasta junio del año próximo, se manifestó interesado en asumir el compromiso en esos términos y hasta podría dedicarse full-time después de que concluya su relación laboral con Obras. La condición de full-time sería necesaria para seguir de cerca a las divisiones menores y para conducir al equipo superior alternativo en Panamericanos o Sudamericanos, donde supuestamente debería comenzar a gestarse el verdadero recambio. El tema más complicado es hacer frente económicamente a esa dedicación exclusiva.
El coach estuvo al frente del seleccionado nacional entre 1997 y 1999. Fue quien hizo debutar en el equipo mayor a Manu Ginóbili y Pepe Sánchez (Juegos de la Buena Voluntad de Nueva York, en 1998) y mantiene un buen concepto entre los integrantes del conjunto argentino. "Hace mucho que no me comunico con ellos, pero seguramente recobraremos la relación rápidamente", señaló Lamas, cuyo primer compromiso sería el Preolímpico de Mar del Plata 2011, que clasificará para Londres 2012.
Fuente: canchallena.com
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