En la noche de sábado se vivió la fiesta más importante del básquetbol mundial, al iniciarse el FINAL FOUR del torneo universitario norteamericano NCAA. Allí se expresan los nuevos enfoques, las mejores aplicaciones para el básquetbol que se verá en el futuro y las estrellas que suplantarán a los de hoy en el firmamento NBA. Entre ellos se destacó nuevamente ayer el increíbleAnthony Davis de Kentucky con 18 puntos, 14 rebotes y 5 tapas. Fue elegido el mejor y es de primer año pero sus 2.13 metros y su envergadura de brazos le convierten en un seguro jugador determinante para la franquicia NBA que decida elegirlo.
Kentucky Wildcats fue la primera en garantizar su billete para la gran final de la NCAA, primera vez en la que el equipo accede a la final con John Calipari al mando luego de tres temporadas, consiguiendo aparecer el equipo por primera final en una final nacional desde 1998. Louisville Cardinals nunca ha sido rival cómodo esta temporada para ningún equipo, y para los Wildcats no iba a ser una excepción. Kentucky pronto puso su habitual juego en transición, rápido y efectivo, enseguida comenzó a causar estragos en la defensa de Rick Pitino, donde Anthony Davis (18 puntos, 14 rebotes, 5 tapones), ganador del John Wooden Award, reinaría en la pintura rival ante la imposibilidad de que Gorgui Dieng y Chane Behanan pudiesen detenerlo. Algo más le costaba a los Wildcats atacar fijo, donde la defensa de Pitino sí que sería más efectiva, pero el acierto de sus rivales en la zona y a media distancia sacando clara ventaja de su superioridad física ahogaría en penas al veterano entrenador.
Con Russ Smith muy desacertado en ataque y Kyle Kuric prácticamente desaparecido, fue el base Peyton Siva quien con sus incursiones en la zona sustentó a los Cardinals en la segunda parte, unido a los buenos minutos del freshman Wayne Blackshear y a las pocas veces que Chane Behanan le ganaba la partida en la pintura a las bestias de los Wildcats, llegando a lograr el empate a 49 a nueve minutos para el final con un triple de Siva. Esta igualdad fue un espejismo, ya que seguidamente Michael Kidd-Gilchrist y Darius Miller volvieron a expandir la diferencia en el marcador hasta la decena de puntos en apenas cinco minutos, dejando fuera de combate a los Cardinals y sentenciando el encuentro en los minutos finales.
Igual de entretenida resultó la segunda semifinal nacional que enfrentaba a Ohio State y Kansas. Los Buckeyes saleron muchos más firmes y decididos por el encuentro, donde Jared Sullinger le ganaba pronto las espaldas a Jeff Withey y Thomas Robinson; especialmente el acierto exterior de los de Thad Matta en la primera parte con Will Buford a la cabeza (19 puntos, 7 rebotes) ponía claramente a los Buckeyes en una situación inmejorable para el pase a la gran final nacional, llegando a trece puntos de ventaja antes del descanso.
Pero todo cambió en el segundo tiempo. Los Jayhawks comenzaron a correr, neutralizando poco a poco la ventaja adquirida por los de Thad Matta en la primera mitad, con Thomas Robinson (19 puntos, 8 rebotes) ganando los duelos interiores ante los de Ohio State y con Jeff Withey que volvió a ofrecer un festival de tapones y de intimidación en defensa, sumando 7 gorros.
Dos tiros libres de Trevor Releford ponían a los de Bill Self por primera vez por delante del marcador desde el 2-0 inicial, a falta de poco más de dos minutos y medio para el final, y a partir de aquí los Buckeyes entraron en pánico y desaparecieron del encuentro. Un robo y conversión de Aaron Craft fue de lo poco en claro que lograron sacar éstos en los dos minutos finales para ponerse tres arriba (59-56). Posteriormente, una buena suspensión de Tyshawn Taylor, dos tapones de Jeff Withey en las dos consiguientes jugadas de los Buckeyes y un coast-to-coast de Elijah Johnson ponía a Kansas con tres puntos de ventaja con sólo un minuto por jugarse (59-62). Ohio State desechó sus oportunidades para poder igualar el marcador en las siguientes jugadas. Taylor anotó dos tiros libres más tras una falta intencionada de Lanzelle Smith y, finalmente, Aaron Craft tuvo en su mano poder igualar el choque desde la línea de tiros libres tras una pérdida del propio Taylor en ataque tras haber robado el balón. Sin embargo, el joven jugador de raza blanca tiró descaradamente a fallar su último tiro libre, siendo sancionado como violación por los árbitros y dándole la posesión a los Jayhawks con 2 segundos por jugarse y con 64-62 en el luminoso. Así Kansas Jayhawks sumarán una nueva presencia en la finalísima de la NCAA, donde no accedían desde su último título en 2008.
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