SALTODEPORTIVO

domingo, 26 de junio de 2016

Comienza el ùltimo torneo Sudamericano de la historia



El nuevo formato de competencias que proyectó FIBA lleva consigo la desaparición de los torneos llamados sub continentales, y ese concepto engloba a los ya míticos torneos Sudamericanos que se iniciaron allá por el año 1916 y el primero fue ganado por Uruguay. Este último asignará los 5 lugares que faltan por llenar para la que sería la División 1 de los próximos clasificatorios a Juegos Olímpicos, los que se disputarán en un régimen nuevo de ida y vuelta en ventanas FIBA dentro de las competencias nacionales. El sistema es muy parecido a lo que sucede con el fútbol. Pero habrá una clasificación inicial para integrar el grupo selecto de los 12 equipos que pelearán por lugares en la olimpíada.
Uruguay, si bien no confirmó una política de ciclo olímpico a sus entrenadores, esta vez parece haber cuajado la idea del coach Marcelo Signorelli, quien presentó un muy aggiornado plan de trabajo y logró generar una idea de preparación mucho más ajustada a la realidad actual de los basquetbolistas profesionales de selección nacional. Se entrenó en una academia en los Estados Unidos, jugando ante rivales fuertes y se llega de la mejor manera, con el agregado que supone la presencia de Esteban Batista respondiendo a su compromiso con el entrenador. Párrafo aparte para la actitud de Esteban que, a una semana de haber logrado con su equipo el título de la Lega Italiana, se presenta en este torneo al que nadie nunca en ninguna otra selección de este continente accedió a presentarse, hablando de jugadores argentinos, brasileños, venezolanos o uruguayos jugando en Europa o NBA como es su caso.
El rival inicial es Colombia y posteábamos para Radio 1010am el siguiente análisis;
  

martes, 29 de marzo de 2016

Final Four Masculino y Femenino NCAA

El equipo de Syracuse, en esta temporada, llega al Final Four de la competencia universitaria del basquetbol en los Estados Unidos de Norte América, pero en las dos competencias; Masculino y Femenino.
Esto sucede en la temporada que allá describen como La Locura de Marzo. Pero ya desde  ese país se ha avanzado con estos eventos deportivos multitudinarios, que en lo que a varones se refiere, el Final Four es lo segundo más visto después del Super Bowl, y por lo tanto lo segundo más vendible, superando ampliamente a las finales NBA.

En las damas, está lista la ya mencionada Syracuse para enfrentar a la Universidad de Washington en semifinales, mientras que en la otra llave se cruzan la multiganadora UCconn ante Oregon State.
Esto ocurrirá el sábado y las ganadoras definirán campeonas el lunes.


Por el lado de los hombres comienza el viernes el show basquetbolístico. A las 20 horas de nuestro país va el cruce entre Vilanova y Oklahoma. Ambos colegios llegan desde el puesto sembrado 2 de su región y ambos ganaron al sembrado 1 en las finales regionales del pasado fin de semana (Elite Eight).
Jordan Bell - Oregon
Alli quedaron por el camino nada menos que Ka
nsas, rankeada con el n|1 de la nación durante casi todas las semanas de la temporada por la prensa especializada.  Vilanova fue más y su presión zonal de 3/4 de cancha sacó a los Jayhawks de su juego habitual.

Ryan Spangler la rompe en Oklahoma

Oklahoma salvó la plata de la Conferencia Big 12 al derrotar a Oregón que venía con el  n|1 de su región tras ganar el campeonato de la competitiva Conferencia PAC 12.

A eso de las 22.30 nuestras comienza el otro juego, ahí sí entre los dos equipos de la Conferencia de la costa del Atlántico ACC: Syracuse que viene pre sembrado 10o en una Región donde el que venía con el 1 era Michigan State y perdió en el primer cruce del torneo. En ese banco de suplentes está nada menos Jim Boeheim, ex jugador de la Universidad y entrenador en jefe desde el año 1976. Es decir que está cumpliendo 40 años como entrenador de esta prestigiosa Universidad. Ante los asombrados periodistas que le preguntan cómo sigue con vida en el torneo, el coach elogia a todos sus jugadores. Pero su favorito sin dudas es su alero chico, de dos metros de estatura y gran despliegue físico, Michael Gbinije.

GBinije
  Coach Boeheim tiene plantel, grandes corpulentos y grandes rápidos, que se combinan para defender unas zonas aburridamente eficaces.
Ojo que tendrá enfrente a la dificilísima de todos los tiempos. Roy Williams y su North Carolina vienen surfeando dificultades y, poco favorita en octubre, ha logrado ponerse muy bien para volver a estar aquí. La estrella es Brice Johnson en año senior, un cuatro de 2.10 que juega bárbaro, pero que además tiene a su lado un centro más alto y fuerte que él mismo, y en el tres muchos minutos de un jugador que va a hacer ruido porque mide 2.04 y es un toro pero juega muy completo. Hablamos de Justin Jackson por supuesto. Plantel largo, guardias con experiencia y gran capacidad. Yo los veo favoritos por acá.

Si se pudiera hacer pronósticos en esto, mi final sería entre Vilanova y North Carolina, pero...


North Carolina

















viernes, 18 de marzo de 2016

Sabonis la rompe, pero este es el hijo

Con el número 11 en su camiseta, vuelve a aparecer en el firmamento del basquetbol internacional un jugador muy alto llamado Sabonis de apellido. Se trata esta vez de Domantas Sabonis, hijo del gran Arvydas Sabonis, héroe del básquetbol Lituano, Soviético, del Real Madrid y luego de Portland Trail Blazers en la NBA.  Se trataba del primer pivot enorme, determinante, que además de sus 215 centímetros de estatura y sus quilos en la llave pintada, también podía tirar de tres puntos y pasar maravillosamente bien la pelota. Durante su pasaje por Portland, nació su hijo Domantas, que hoy ya mide 2.11 metros y va a cumplir 20 años el próximo 3 de mayo.

Domantas eligió Lituania como patria deportiva, además de procesar todo su desarrollo en aquél país. Ya en 2012 debutó con la verde de selección nacional en un Europeo Sub 16. Luego fue a España, invitado por Unicaja de Málaga, equipo que jamás le pagó un euro por su pertenencia, ante el deseo de mantenerse absolutamente amateur para poder jugar NCAA en el torneo universitario de Estados Unidos. Las reglas son muy estrictas y solo puede ser elegible para el equipo de cualquier deporte universitario, un atleta-estudiante que jamás haya tenido ningún tipo de remuneración, contrato o siquiera beneficios en especies, en ningún país del mundo. La Universidad de Gonzaga, donde suelen desfilar estrellas del básquetbol canadiense y sus hijos, fue la que entusiasmó a Domantas con sus propuestas de estudios y con su plantel integrado por europeos y canadienses, además de estudiantes norteamericanos. Domantas es un muy buen estudiante y cursa su segundo año de elegibilidad para los deportes, lo que los gringos llaman "Sophomore". Si no es tentado para presentarse al Draft en forma temprana, tiene todavía dos años más para jugar en el ambiente universitario.
Los títulos siguen llegando, como en su etapa juvenil europea. El 8 de marzo ganó Gonzaga el torneo de la West Coast Conference, ante la Universidad de St Mary, y así se aseguró un lugar en el torneo Nacional NCAA. Debutó en primera ronda ante Seton Hall y se aseguró volver a jugar el próximo sábado, al lograr   un triunfo claro, con gran actuación de Sabonis.

El pivot que, todos dicen, podría jugar en la posición de Cuatro en un hipotético futuro NBA, se lució en la estadística personal, con 21 puntos, 17 rebotes, 4 asistencias.  Ayer tiró un solo triple y no entró, para la única estadística en la que estuvo por debajo de sus números anuales. Venía con algo más de 17 puntos de media por partido y cerca de 12 rebotes, con 3 asistencias. Parece que, al igual que lo hacía su padre, se crece en las instancias más importantes, ya con sus jóvenes 19 años.
Es una suerte porque, al parecer, tenemos para ver Sabonis unos cuantos años más.

viernes, 22 de enero de 2016

Malvin a segunda fase en Liga de las Americas FIBA

En momentos de Liga de las Americas para Malvin de Uruguay, publico aquí el análisis que escribiera para la revista del club en ocasión de la disputa de Semifinal de Liga Sudamericana en Montevideo. Malvín sigue con su proyecto a nivel internacional y hoy está vivo en el máximo torneo continental para intentar seguir creciendo a ese nivel.
     Malvín sigue su marcha y se preparó para otro gran intento de ganar un Torneo Internacional. El listón está alto en cuanto a desafíos deportivos porque ya se ha ganado a nivel local, se ha logrado el bi-campeonato que, a decir del gran Nelson Iglesia, es muchísimo más que el doble de difícil que salir campeón. Lo difícil de ubicar el nivel deportivo en relación a los progresos que haya  mostrado el básquetbol  internacional en un año de competencias, esta vez parecía alentar una mesurada confianza para soñar con logros concretos.   
     La actuación del año pasado había deparado un 4º puesto en Liga Sudamericana y este año parecía venir bien la vuelta para los azules. Luego de una serie perfecta en el inicio, Malvín demostró y demostróse a sí mismo que estaba aún mejor de nivel que en 2014 y el esfuerzo denodado de la Institución para seguir mejorando lograba traer a Montevideo la serie semifinal. Malvín enfrentaba a dos equipos argentinos, para nada imbatibles según los últimos resultados, y al peor brasileño, en teoría, si pudiésemos guiarnos por la pasada Liga NBB del país norteño. Sin embargo siempre es difícil saber donde uno está parado y donde están parados, o mejor dicho surfeando hacia adelante en función del desarrollo que van adquiriendo las diferentes competencias de nuestra América.
    Así la primera dificultad surgía en la confección del Fixture que corresponde al organizador. Se optó por colocar como teóricamente más difícil a Obras Sanitarias, dejándolo para el final. Parecía ser Quilmes de Mar del Plata el más débil y sin duda lo fue. A Malvín le tocaba enfrentarlo con los nervios del debut y la incógnita del verdadero nivel de ese equipo. Fue un primer tiempo parejo, con cierta solvencia defensiva que demostraban los uruguayos azules, ante las consabidas ofensivas fijas, elaboradas y pacientes, que suelen presentar los equipos argentinos. Así apareció el habitual tercer cuarto malvinense, sólido en defensa y con fluidez ofensiva para encontrar  la racha de porcentaje justo cuando la distribución de pelota parece hacerse fácil entre las varias individualidades que Pablo López ha logrado conjuntar en sabiduría y capacidad de decisión, aún bajo una presión determinada. El equipo fue ampliando las ventajas, estirando para poder rotar plantel, dar participación a todos los chicos y generar minutos de actividad internacional, aún con jugadores todavía muy jóvenes, pero que suben así un escalón de desarrollo (8 minutos de Santiso, 10 de Souberbielle y 3 de Pomoli).  Los pivots habían aportado buenas acciones, con 16 puntos de Hoskins y 10 de Francis, en el puesto donde todavía parece quedar cierto margen de duda.
    La segunda jornada, luego de haber visto como Uniceub mostraba su enorme superioridad ante Obras Sanitarias, parecía más difícil de lo que muchos habían pensado. Es que hoy no se puede negar que el NBB brasileño es la liga más fuerte después de la NBA en las Américas, habiendo desplazado claramente a la LNB Argentina.  En competitividad, en presupuestos y, por consiguiente, en proyección de jugadores. Así un equipo como Uniceub, que tiene al interminable Guilherme Giovannoni y al dos veces goleador de la Liga, Cipollini, ya no es el de mayor presupuesto ni mucho menos, además de estar en proceso de reconstrucción deportiva. Pero esa competencia tiene otro desarrollo y eso influye en muchos aspectos del juego. Así cuando defienden un recorrido para negar el pase al tirador, lo hacen en otros tiempos, también  recorren muy bien los tramos de rotación defensiva, por lo cual llegan a tapar donde otros no llegan. Son más altos y más rápidos pero además, y eso es lo fundamental, necesitan en el día a día esa velocidad, esa capacidad de trabajar a una altura superior, ese contacto fuerte y a la vez aceitado para poder zafar de lo físico y establecer el recorrido de cuatro o cinco metros, sacando centímetros de ventaja. Son capacidades que se desarrollan sólo si son necesarias;  y para ellos son necesarias todo el año.
Toda esta introducción viene a intentar explicar ese primer cuarto de Malvín – Uniceub, donde decidieron maniatar a Nicolás Mazzarino y este tenía que chocar, con uno y otro, además de superar en carrera de pocos metros a su propia asignación defensiva, para no poder recibir muchas veces, o para recibir con el hombre muy pegado y ya neutralizada la posible ventaja de su recepción. Lo mismo ocurría con Kennedy Winston.  Toda mínima ventaja obtenida en la recepción de pelota, sin más era neutralizada con un cambio de hombre eficiente y duro, sin que sufra por ello ningún emparejamiento negativo el plantel norteño. Por otra parte, los grandes contratados, Hoskins y Francis, ya son de un atleticismo muy alejado de lo que hoy se requiere para competir contra grandes brasileños o argentinos. Tan solo nuestro Matías Calfani parece estar recorriendo ese camino de progreso, frente a la regresión en ese sentido que expresan los extranjeros que uno puede contratar en nuestro medio.   
Todas estas dificultades que señalo intentan explicar una cierta dificultad para golear, para controlar el tiempo de juego y, por consiguiente, para poder pararse mejor cuando viniera el tiempo defensivo, de mayor esfuerzo requerido frente a la estructura de juego de Uniceub.  –Aún con todo eso, Malvín recibió 25 puntos, es cierto, en ese primer cuarto, pero con un esfuerzo final llegó a ponerse a 4 puntos, con 21 convertidos en ese período inicial.  Para el segundo cuarto vinieron alternativas de un lado y otro, llegando Reque Newsome a una actividad defensiva más dinámica pero con una cierta limitación ofensiva, que se hacía evidente en todo el equipo azul, a medida que pasaban los minutos.  El correcto scouting del equipo brasileño, sumado a una rotación que ponía en cancha integraciones defensivas, aunque igualmente altas y  fuertes, hacían decaer el goleo uruguayo. La sequía comenzó a preocupar y las ofensivas fijas parecían quedar muy repetidas y apretadas contra el reloj de posesión.  Para eso vino un ingreso ”revulsivo” de Fernando Martínez que rompió líneas, dio asistencias sorpresivas y hasta colocó un triple desde el pique, en la cara de su defensor. Eso sacudió un poco a su equipo y le permitió acercar diferencias, que pudieron ser más abultadas. El final de ese 2º cuarto ya entonó los recorridos de los jugadores malvinenses, que defendían mejor, cortaban más rápido y lograban meterse en el ritmo que proponían los brasileños, a fuerza de testearse con ellos y generar una especie de reformulación psicofísica de las acciones deportivas a desarrollar.  El parcial de 48 – 35 anunciaba que Uniceub seguía goleando en promedios cercanos a los 100 puntos y lo que había bajado era el goleo locatario.
Sin embargo ese tiempo inicial fue suficiente para que Malvín se convenciese de que está a la altura, a través de un despliegue conmovedor en defensa y una fluidez ofensiva que aparecieron para el tercer cuarto. Una vez más el vestuario parece haber operado positivamente para un equipo que está sano, que utiliza las charlas para mejorar y que se convence que, de a poquito, siempre se puede mejorar ya mismo y no esperar a un próximo partido o torneo. Así desarrolló su básquetbol de conceptos ofensivos modernos, con lectura mucho más ajustada a las reacciones del brasileño, aplastando 24 – 16 en el tercer cuarto y logrando un cuarto final de gran entrega defensiva, que dejaría en 13 puntos a su rival.
El final, párrafo aparte para decisiones y economía de errores que hacen al triunfo o la derrota, con tres defensas consecutivas en las que Malvín, con ventaja en el marcador, recibe gol (uno de ellos de Guilherme picando de cancha a cancha por el eje) sin que nadie los cortara, teniendo solo tres faltas colectivas y una para dar sin que implicara tiros libres. Esa es la única parte que duele un poco.
Como análisis final, derrota con score de 77  - 75 en contra, en un cierre parejo, con Malvín demostrando ser solvente para llevar ese partido hasta la definición y un cúmulo de errores finales que no permitieron la consecución de un triunfo que perfectamente pudo haberse dado.
Ultimo partido ante Obras Sanitarias que pudo haber sido difícil de encarar desde el punto de vista de la concentración. Sin embargo Pablo López tuvo que enojarse tan solo en el primer cuarto, ante cierta displicencia seguramente inconsciente de los jugadores.  Ya el segundo cuarto mejoró Malvín y confirmó en el segundo tiempo, que hoy está por encima de Obras Sanitarias en el entorno de los 10 a 15 puntos de ventaja. Por juego, por integración y por solidez colectiva.
Jugada la otra serie, quedó determinado que el mejor básquetbol a nivel de clubes sigue estando en el Cono Sur, que la Final entre San Martín de Corrientes y Uniceub de Brasilia no será una final entre los actuales dos mejores clubes de Brasil y Argentina;  pero también queda claro que una vez más, queda muy cerca de colarse un equipo uruguayo. Ese equipo que hoy se ha ganado un nombre a nivel sudamericano y que viene  avisando, año tras año, que pretende seguir mejorando.  Este año logró Malvín el 3º puesto a nivel de Liga Sudamericana. Ello mejora el 4º puesto logrado el año pasado y solo nosotros sabemos lo cerquita que se estuvo de disputar la final esta vez. Pero me quedo con la reacción de Malvín en el intervalo del partido ante Uniceub, mostrando que la única manera de superar esa costumbre que otros tienen de jugar a un mejor nivel, es jugando contra ellos. Jugando siempre y figurando en ese concierto sudamericano del que Malvín ya no quiere bajarse.
Por ello dejo para otros comentarios, la riqueza que esto supone para el resto de las actividades de la Institución, no relacionadas con el Básquetbol Profesional, además de postergar también algún análisis que habría que hacer, de todo lo que significa la apuesta Malvín para el básquetbol uruguayo.  Me conformo con ver un entrenador y sus jugadores queriendo mejorar siempre, sin llorar, sin quejarse y planteándose desafíos futuros todavía más difíciles, en los que seguramente seguirán siendo apoyados por la dirigencia y la Institución toda, rodeados de la gente de Malvín, esa que valora, festeja, apoya y no tiene urgencias para esperar un próximo festejo.