Con el número 11 en su camiseta, vuelve a aparecer en el firmamento del basquetbol internacional un jugador muy alto llamado Sabonis de apellido. Se trata esta vez de Domantas Sabonis, hijo del gran Arvydas Sabonis, héroe del básquetbol Lituano, Soviético, del Real Madrid y luego de Portland Trail Blazers en la NBA. Se trataba del primer pivot enorme, determinante, que además de sus 215 centímetros de estatura y sus quilos en la llave pintada, también podía tirar de tres puntos y pasar maravillosamente bien la pelota. Durante su pasaje por Portland, nació su hijo Domantas, que hoy ya mide 2.11 metros y va a cumplir 20 años el próximo 3 de mayo.
Domantas eligió Lituania como patria deportiva, además de procesar todo su desarrollo en aquél país. Ya en 2012 debutó con la verde de selección nacional en un Europeo Sub 16. Luego fue a España, invitado por Unicaja de Málaga, equipo que jamás le pagó un euro por su pertenencia, ante el deseo de mantenerse absolutamente amateur para poder jugar NCAA en el torneo universitario de Estados Unidos. Las reglas son muy estrictas y solo puede ser elegible para el equipo de cualquier deporte universitario, un atleta-estudiante que jamás haya tenido ningún tipo de remuneración, contrato o siquiera beneficios en especies, en ningún país del mundo. La Universidad de Gonzaga, donde suelen desfilar estrellas del básquetbol canadiense y sus hijos, fue la que entusiasmó a Domantas con sus propuestas de estudios y con su plantel integrado por europeos y canadienses, además de estudiantes norteamericanos. Domantas es un muy buen estudiante y cursa su segundo año de elegibilidad para los deportes, lo que los gringos llaman "Sophomore". Si no es tentado para presentarse al Draft en forma temprana, tiene todavía dos años más para jugar en el ambiente universitario.
Los títulos siguen llegando, como en su etapa juvenil europea. El 8 de marzo ganó Gonzaga el torneo de la West Coast Conference, ante la Universidad de St Mary, y así se aseguró un lugar en el torneo Nacional NCAA. Debutó en primera ronda ante Seton Hall y se aseguró volver a jugar el próximo sábado, al lograr un triunfo claro, con gran actuación de Sabonis.
El pivot que, todos dicen, podría jugar en la posición de Cuatro en un hipotético futuro NBA, se lució en la estadística personal, con 21 puntos, 17 rebotes, 4 asistencias. Ayer tiró un solo triple y no entró, para la única estadística en la que estuvo por debajo de sus números anuales. Venía con algo más de 17 puntos de media por partido y cerca de 12 rebotes, con 3 asistencias. Parece que, al igual que lo hacía su padre, se crece en las instancias más importantes, ya con sus jóvenes 19 años.
Es una suerte porque, al parecer, tenemos para ver Sabonis unos cuantos años más.
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