(Reproducción de un artículo publicado en Europa acerca de un tema recurrente también en nuestro país)
Sergio Scariolo
Mientras contemplaba el partido contra Grecia reflexionaba sobre la fundamental labor de los entrenadores en el deporte de alto, de máximo nivel. Me comentaba irónicamente un amigo – entrenador por cierto – que esta Selección funcionaba sola y mi respuesta fue negarle contundentemente esa afirmación. No quería perderme detalle alguno del partido así que guardé mis argumentos para este post…
Niego la teoría de que es más fácil entrenar a un equipo bueno que a uno malo. Lo niego porque el jugador necesita del entrenador una calidad proporcional a la suya. Cuanto mejores son los jugadores, mejores han de ser los entrenadores. Pero, sin no les importa, maticemos ahí el término buen o gran entrenador. El buen o gran entrenador, seguramente, requerirá de la inteligencia para saber hasta donde debe hacer llegar su influencia en función, precisamente, del nivel de jugadores que dirige y sobretodo, en el tipo de competición en que lo hace. Si de lo que se trata es de entrenar a un equipo ganador, ¿cómo no tener a un entrenador de alto nivel a la hora de tener afrontar partidos decisivos como pueden ser semifinales o finales de europeos, mundiales u olimpiadas?
Y es más, unos jugadores de alto nivel necesitan de un gran “equipo técnico” donde además de la labor del primero, está la de los ayudantes, la de los preparadores físicos, la del fisio, la del médico, la del delegado, la del jefe de prensa… Y es más, esos jugadores de alto nivel deben saber que detrás tienen una gran estructura donde los diferentes responsables sepan actuar, o no, en función de las circunstancias. Un conjunto de estrellas, sea de un club o de una selección, necesita alrededor el mejor equipo de profesionales posible. La mejor organización a su servicio.La clave de los grandes equipos o selecciones ha sido, es y seguirá siendo, actuar todos en una misma dirección, manejando un mismo discurso, lanzando interna y externamente, un mismo mensaje. Y ese gran entrenador que entra en una organización de este nivel debe tener la virtud para saber medir su intervención valorando perfectamente lo que tiene detrás, al lado y, sobre todo, delante. En un deporte de alto nivel donde la calidad, profesionalidad y status de los jugadores los convierte en estrellas, el entrenador debe tener capacidades técnicas, por supuesto, pero además y como requisito imprescindible, máxima inteligencia para gestionar grupos.
Fuente: El blog del Eurobasket ´09
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