Bajo el título de: Un escenario peligroso el periodista argentino Pablo Tosal desarrolla un análisis profundo de la actualidad del básquetbol de Liga en aquél país. Nos parece de una importancia tal para los conceptos que deberíamos manejar en nuestra organización que nos permitimos poner aquí el encabezamiento y partes importantes del análisis cuya versión completa puede leerse en la página de pickandroll.com.ar:
El básquetbol profesional en la Argentina entró en un callejón sin salida. Es tan firme la estructura, sostenida por la pasión, que tardó al menos 20 años en agonizar, pero de no mediar un cambio profundo y decisivo inexorablemente colapsará. No es una predicción sino el desencanto de saber que las formas impuestas solo benefician a unos pocos y desarma la base de la pirámide: los clubes. Informe Especial (largo) sobre los males que aquejan la competencia profesional argentina. Primera parte de un debate que nos debemos todos seriamente.
A la Liga Nacional se la ha querido y protegido como a un hijo, y en esta sobreprotección se ha condenado como herejes a quienes osen hablar mal. Es entendible para una liga que estaba en pleno génesis, desarrollando y gestando su estructura, pero 25 años después las exigencias, el mundo y la visión no son las mismas.
Esta es la Liga que potenció al básquetbol argentino, la que nos puso de pie en el plano internacional, nos sacó campeón olímpico, una liga de primer mundo, la que fundió clubes y dirigentes, la que vio pasar recursos monetarios para que hoy haya micros de jugadores y estadios en condiciones tercermundistas. Y lo que es peor, un futuro extremadamente condicionado para los clubes por los pasos que se tejen en la actualidad.
Suena como una dicotomía que se hable de un escenario caótico en vísperas de una temporada que muchos clubes han gasto mucho dinero para armar sus equipos.
Esta es la Liga que potenció al básquetbol argentino, la que nos puso de pie en el plano internacional, nos sacó campeón olímpico, una liga de primer mundo, la que fundió clubes y dirigentes, la que vio pasar recursos monetarios para que hoy haya micros de jugadores y estadios en condiciones tercermundistas. Y lo que es peor, un futuro extremadamente condicionado para los clubes por los pasos que se tejen en la actualidad.
Suena como una dicotomía que se hable de un escenario caótico en vísperas de una temporada que muchos clubes han gasto mucho dinero para armar sus equipos.
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El origen de los problemas
En la Liga Nacional se mueven en total (aproximadamente) 58 millones de pesos (15.6 millones de dólares) anuales entre salarios y gastos operativos. La Televisión (contrato con Torneos y Competencias) aporta 8.5 millones de pesos (2.3 millones de dólares). La Asociación de Clubes tiene contratos de publicidad corporativa para sus 16 socios con 12 sponsors que en algunos casos dan coberturas o canje y en otros, dinero, que en la mayoría de las veces, no se reparte sino que se guarda en un fondo común para los juicios de los árbitros para cuando se van retirando.
Cada club necesita entonces conseguir por temporada entre 2.5 y 3.0 millones de pesos para hacer liga nacional. En este análisis no se discute si el salario de los jugadores, técnicos, árbitros, es elevado, solo se toma en cuenta el fondo del problema. Los equipos de mitad de tabla para abajo tiene un presupuesto de 2.5 a 3.0 millones y los de punta de 4.0 a 6.0 millones (en teoría porque a veces gastan para ser de punta y no lo logran).
En la Liga Nacional se mueven en total (aproximadamente) 58 millones de pesos (15.6 millones de dólares) anuales entre salarios y gastos operativos. La Televisión (contrato con Torneos y Competencias) aporta 8.5 millones de pesos (2.3 millones de dólares). La Asociación de Clubes tiene contratos de publicidad corporativa para sus 16 socios con 12 sponsors que en algunos casos dan coberturas o canje y en otros, dinero, que en la mayoría de las veces, no se reparte sino que se guarda en un fondo común para los juicios de los árbitros para cuando se van retirando.
Cada club necesita entonces conseguir por temporada entre 2.5 y 3.0 millones de pesos para hacer liga nacional. En este análisis no se discute si el salario de los jugadores, técnicos, árbitros, es elevado, solo se toma en cuenta el fondo del problema. Los equipos de mitad de tabla para abajo tiene un presupuesto de 2.5 a 3.0 millones y los de punta de 4.0 a 6.0 millones (en teoría porque a veces gastan para ser de punta y no lo logran).
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¿Por qué no se invierte publicidad en basquet?
Si un club de nuestra liga nacional le devuelve a su sponsor acciones de marketing tales como: una valla en un estadio (donde 12 de los 16 equipos no superan los 1500 espectadores de promedio), un par de promotoras, la voz del estadio, publicidad en el parquet, el pantalón o remera de los jugadores, es muy difícil que esas mínimas propuestas le devuelvan al sponsor el dinero invertido. Si el dinero que se invierte en publicidad debe devolverse con 4 partidos al mes para 1500 personas, como se ve, la oferta es muy corta para que sea seductora.
Ser el sponsors principal de un equipo significa tener la parte delantera de la camiseta. Los clubes de Liga en promedio son televisados 3 a 5 veces por temporada, por un canal de cable (TyC Sports) que a veces utiliza su segunda señal (menos vista) cuando el fútbol se lo impone (TyC Max).
Incluso en la serie final más mediática de la historia como fue Atenas – Peñarol de la 08/09, la empresa que tiene los derechos televisivos le otorgó la fría señal de TyC Max para uno de los partidos. No hubo programas especiales por la misma señal que alentaran a ver lo que en el ámbito del básquetbol se vivió como una fiesta sin precedentes (más de 50 mil personas en 6 partidos). Para que en Capital Federal haya 50 mil personas viendo basquet de Liga en la cancha deben pasar dos temporadas completas de local, tanto para Obras Sanitarias como para Boca Juniors.
Es posible que el hincha común no sepa que en el negocio de la televisión la forma más fácil de vender es que el Rating de las emisiones de los partidos sea alto. Se mide en Capital Federal y desde ahí se crea un parámetro para las grandes empresas. Las Megas finales entre Peñarol y Atenas midieron 0,25 de audiencia. Un partido común de Liga Nacional mide 0,8 a 0,10. Imposible.
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¿Por Qué?
No hay sponsors si no hay negocio, si no es redituable para todos. Soy uno de los tantos que se emocionó con la película “Luna de Avellaneda”, pero los clubes pueden seguir siendo perfectamente Sociedades sin fines de Lucro teniendo un Departamento de Liga Nacional con dirigentes rentados, del primero al último, que una vez por año tenga que darle explicaciones a la Comisión Directiva “ad honorem” que las instituciones tienen. Pero quienes tienen la responsabilidad de conseguir el dinero para hacer básquetbol profesional son los primeros que deberían ganar plata.
Es curioso pero los dirigentes en nuestra liga (no todos) son personas que encaran presupuestos de 5 millones de pesos por amor al club, restándole horas de su vida a su familia, a su descanso y a su trabajo. Cuando queda un resquicio, que no sea para correr detrás del dinero que deben conseguir (como el conejo detrás de la zanahoria) piensan en el desarrollo de la liga.
El ciclo formativo de conocimiento de los dirigentes es siempre el mismo: empírico (prueba y error). Dura aproximadamente 5 años. Llegan a la Liga y tienen al menos dos temporadas de derecho de piso para conocer formas y modalidades del mercado, hacen experiencia, se cansan, se funden, se aburren (en el mejor de los casos) y cuando ya saben al menos situaciones necesarias para achicar los errores y comenzar a desarrollar, se van o su club deja de hacer liga, o descienden o desaparecen. Y lo que es peor, no se deja escuela.
Cuando se formó la Liga el máximo error fue no haber empezado por la base de la estructura, que no son los jugadores, sino los dirigentes. Está tan arraigado el hecho pasional del formato deportivo que tardó 20 años en agonizar este modelo.
Esta renovación de dirigentes eternamente juveniles, no por la edad de los directivos sino por su conocimiento en el básquetbol profesional, hace que el estamento más capacitado y profesional de nuestro básquetbol sean los agentes de jugadores. Ajena a esta definición está la mesa directiva de la AdC.También se podría agregar al periodismo especializado que vive solamente del básquet pero el poder e influencia en la toma de decisiones de mercado es sensiblemente menor a la de los agentes.
Esta circunstancia de dirigentes apurados por llegar a la meta de conseguir el dinero que el mercado establece como base provoca como consecuencia la necesidad de un Mesías económico como al corto plazo puede ser el dinero del contrato de la televisión. Es largo y complejo pero muy interesante estudiar como se mueven las leyes de un mercado. Por qué el basquet tiene el suyo y es conspirativo de su propio gobierno.
No hay sponsors si no hay negocio, si no es redituable para todos. Soy uno de los tantos que se emocionó con la película “Luna de Avellaneda”, pero los clubes pueden seguir siendo perfectamente Sociedades sin fines de Lucro teniendo un Departamento de Liga Nacional con dirigentes rentados, del primero al último, que una vez por año tenga que darle explicaciones a la Comisión Directiva “ad honorem” que las instituciones tienen. Pero quienes tienen la responsabilidad de conseguir el dinero para hacer básquetbol profesional son los primeros que deberían ganar plata.
Es curioso pero los dirigentes en nuestra liga (no todos) son personas que encaran presupuestos de 5 millones de pesos por amor al club, restándole horas de su vida a su familia, a su descanso y a su trabajo. Cuando queda un resquicio, que no sea para correr detrás del dinero que deben conseguir (como el conejo detrás de la zanahoria) piensan en el desarrollo de la liga.
El ciclo formativo de conocimiento de los dirigentes es siempre el mismo: empírico (prueba y error). Dura aproximadamente 5 años. Llegan a la Liga y tienen al menos dos temporadas de derecho de piso para conocer formas y modalidades del mercado, hacen experiencia, se cansan, se funden, se aburren (en el mejor de los casos) y cuando ya saben al menos situaciones necesarias para achicar los errores y comenzar a desarrollar, se van o su club deja de hacer liga, o descienden o desaparecen. Y lo que es peor, no se deja escuela.
Cuando se formó la Liga el máximo error fue no haber empezado por la base de la estructura, que no son los jugadores, sino los dirigentes. Está tan arraigado el hecho pasional del formato deportivo que tardó 20 años en agonizar este modelo.
Esta renovación de dirigentes eternamente juveniles, no por la edad de los directivos sino por su conocimiento en el básquetbol profesional, hace que el estamento más capacitado y profesional de nuestro básquetbol sean los agentes de jugadores. Ajena a esta definición está la mesa directiva de la AdC.También se podría agregar al periodismo especializado que vive solamente del básquet pero el poder e influencia en la toma de decisiones de mercado es sensiblemente menor a la de los agentes.
Esta circunstancia de dirigentes apurados por llegar a la meta de conseguir el dinero que el mercado establece como base provoca como consecuencia la necesidad de un Mesías económico como al corto plazo puede ser el dinero del contrato de la televisión. Es largo y complejo pero muy interesante estudiar como se mueven las leyes de un mercado. Por qué el basquet tiene el suyo y es conspirativo de su propio gobierno.
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La Liga Nacional requiere decisiones definitivas y dejarse de
1) echarle la culpa al país
2) echarle la culpa a los dirigentes nuevos
3) tomar decisiones que solo sean parches
4) regodearse en frases obsoletas como “la liga es para el que puede”
5) mirar el contrato de la tele como una solución
El básquetbol, mis amigos, es un juego, luego un deporte y finalmente un gran costado lúdico en nuestras vidas. El básquetbol profesional, en cambio, no tiene nada de lúdico, es un negocio y debe mirarse como tal.
Deberán tomar con sinceridad decisiones de fondo, proyectar y accionar sin temor cambios que se condigan con el año 2009, con una liga que tiene 25 años de experiencia, que ya sabe lo que no dio resultado, en el marco de un mundo que ha cambiado en las últimas dos décadas más que en toda la historia de la sociedad moderna. Cuando se creó la Liga no todos tenían televisión a color, no existía el celular, ni Internet. Tampoco se podría creer que un resfrío en México podría matar a la humanidad.
1) echarle la culpa al país
2) echarle la culpa a los dirigentes nuevos
3) tomar decisiones que solo sean parches
4) regodearse en frases obsoletas como “la liga es para el que puede”
5) mirar el contrato de la tele como una solución
El básquetbol, mis amigos, es un juego, luego un deporte y finalmente un gran costado lúdico en nuestras vidas. El básquetbol profesional, en cambio, no tiene nada de lúdico, es un negocio y debe mirarse como tal.
Deberán tomar con sinceridad decisiones de fondo, proyectar y accionar sin temor cambios que se condigan con el año 2009, con una liga que tiene 25 años de experiencia, que ya sabe lo que no dio resultado, en el marco de un mundo que ha cambiado en las últimas dos décadas más que en toda la historia de la sociedad moderna. Cuando se creó la Liga no todos tenían televisión a color, no existía el celular, ni Internet. Tampoco se podría creer que un resfrío en México podría matar a la humanidad.
autor (Pablo Tosal)
fuente: www.pickandroll.com.ar
enlace a la nota completa: http://www.pickandroll.com.ar/noticias/liga-nacional/00014096/
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