Es un viejo periodista de culto y un hombre excepcional que ha logrado hacer de su profesión de periodista deportivo una plataforma de construcción de conocimiento, a la par que consigue documentar la historia del básquetbol argentino como si la estuviera viviendo en cada uno de los momentos en que la reescribe. Un excelente ser humano que conociéramos allá por la década del 1970, infausta en nuestro país y en el suyo, a través de nuestro amigo y mentor Bernardo Larre Borges. Nos referimos al conocimiento personal y directo, ya que era conocido nuestro desde siempre, ya no recordamos desde qué día corríamos a buscar El Gráfico para disfrutar de todo, pero principalmente de sus notas riquísimas en información pero mucho más en originalidad narrativa y belleza estética para quién disfrutaba de su literario estilo periodístico.
Después vino la época de coincidir en torneos internacionales, y la de reconocer su lucha y sus logros junto al gran León Najnudel. Era integrante de aquella famosa cena de los jueves en que León se integraba a grupos de notables deportistas, con ejemplos de los hoy notables: Timoteo Griguol, Hernán Paenza, Castrilli y, entre muchos otros, el respetado Orcasitas.
Tiempo después la vida y la profesión me llevaron a la Argentina, a disfrutar de un proceso que ellos habían empujado, en la época de esplendor de la Liga Nacional con Racing de Avellaneda, luego el TNA varios años y se me integró a participar de ese desarrollo constante que buscan los entrenadores argentinos (y logran). Cuando fue la hora de volver al paisito, uno venía con las intenciones de volcar todo eso tan bueno que ellos logran, por lo menos intentando adaptar muchas de las cosas que ese país ha logrado en la materia que nosotros abarcamos. Nació una lucha para juntar a los entrenadores detrás de ese objetivo, luego vino la época de consultas con los amigos argentinos para poder apoyarse en sus ejemplos. En casa de Chiche Gornatti y junto al primer presidente de la Asociación de Clubes de Basket, el Dr. Fernando Bastide, recuerdo una llamada oportuna que recibió el dueño de casa: era Orcasitas, lo cual fue para mí una suerte de premonición. Estaba teniendo una participación aunque involuntaria y desconocida por él, en lo que iba a ser el proyecto de Liga Uruguaya de Básquetbol, lo que otorgaba una dosis de suerte al mismo. Ese proyecto cristalizó en la temporada 2003-2004, como alternativa al famoso "Campeonato Federal" que había sido un motor impresionante del básquetbol uruguayo desde la ciudad de Montevideo, a través de la historia. Se buscó una fecha alternativa y fue todo un éxito el formato inicial, con 10 equipos que integraban cinco de la capital.
Finalmente el riesgo de perder la hegemonía de los equipos de Montevideo, neutralizó aquél proyecto basado en los criterios que Argentina adaptó con éxito a su país desde la lógica mundial de organización deportiva que el básquetbol como deporte ha liderado desde siempre. Así la hoy llamada Liga Uruguaya es un refrito de aquél viejo Campeonato Federal, con invitados del interior del país en notoria inferioridad de condiciones. Pero esa es otra historia. La que nos ocupa refiere a un grande del periodismo mundial, un ejemplo a seguir como trayectoria humana y profesional digna de imitación. Pero esto es un cuento que intento acercar a través de este blog para que podamos seguir su trabajo a través de la excelente página deportiva en la que desarrolla sus notas:
http://www.webasketball.com.ar/orcasitas.php
Es un deleite su lectura y además es fuente de información imprescindible para seguir la historia y el futuro de nuestro deporte.
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