Quienes lo hemos visto sabemos que Ubiratán parecía tener un físico inadecuado para cumplir la función de pivot interno que cumplía en los equipos brasileños de clubes y selecciones, según los requerimientos físicos que ya en esa época se notaban para la posición. Sin embargo ese "pelado" tempranero, de músculos aparentemente lavados y con no más de 1,98 mts de estatura se las ingeniaba para pesar en defensa y ataque como si midiera 2.10mts y saltara como un negro. Sabemos también que su tiro era infalible en distancias dentro de los 4 metros, además de usar un gancho con ambas manos imposible de marcar. Su capacidad de salto lo hacía repetir dos veces la lucha por un rebote que atacaban con tan solo un salto los oponentes. También era un gran defensa y motivaba a sus compañeros enormemente para formar equipos ganadores en todos los ámbitos en los que compitió. Lo que no sabía quién esto escribe es que se llamaba Pereira Maciel. Para nosotros en aquél momento era UBIRATAN y para los brasileños simplemente "BIRA". Consiguió el Campeonato Mundial de 1963 en su país y la medalla de bronce en Londres en 1964. También ganó con su selección nacional, la plata en el Mundial de Yugoslavia 1966 y el bronce en el de Uruguay 1967 además del de Filipinas en 1978. Integró la selección brasileña entre los años 1961 y 1979, además de ser el primer jugador brasileño en jugar en Europa (Italia 1967) y en ser drafteado por un equipo NBA (Philadelphia Sixers 1968).
Era referente por juego, personalidad y fundamentalmente por buen tipo. Murió joven, a los 58 años (en 2002). El viernes se presentó su hijo Luciano Pereira para recibir la distinción y vio, con emoción en la ceremonia, como el nombre de su padre entraba al Hall de la Fama junto con figuras como Scottie Pipen y el equipo del Dream Team 1 (único diríamos) de Barcelona 1992. Homenaje merecido a un tremendo jugador que ya había ingresado al Hall de la Fama FIBA en 2009.
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