De hecho Lituania tuvo fuera de este torneo a sus teóricamente mejores jugadores, de vacaciones para que pudieran ser convocados el año próximo cuando se dispute el Campeonato Europeo de Selecciones (Eurobasket 2011) en casa. Faltaron Jasikevicius (Panathinaikos), Kaukenas (Montepaschi Siena), Siskauskas (CSKA), Songaila (New Orleans Hornets) y Ksystof Lavrinovic (Montepaschi Siena),todos posibles titulares además de los posibles suplentes Ilgauskas (Miami Heat), Petravicius (Milano) Darjus Lavrinovic (Fenerbahçe).
No hablemos de Serbia que tuvo que adoptar una política similar a la de Coach K, eliminando el divismo de su equipo y apostando a una generación donde sus dos "veteranos" son de 27 años (Krstic a la cabeza).
Sin embargo fue Argentina la que me emocionó. Es la que me conquista con su básquetbol, la que me pone histérico de los nervios que ellos no sienten en esos minutos críticos del final igualado. Siempre la pelota donde debe ir, siempre el libre o el triple clave va adentro.
Siempre la defensa final es acertada y me toca siempre coincidir con las opciones que toma en el banco el entrenador ante la dualidad de opciones que se dan (cortar o no, triple o doble, posesión larga o corta). En un deporte donde justamente lo que no hay son garantías de que con un mismo sistema de opciones se ganan todos los partidos cerrados, este equipo demuestra que primero está el disponer de un sistema de opciones, digerido y claro para todos en todas las posibilidades. Uno ya está acostumbrado a ellas. Parece que estamos todos involucrados en la jugada que sigue. Pero es asombroso las veces que el equipo logra un acierto en esas difíciles condiciones. Y sucede torneo tras torneo. Entonces uno advierte que el entrenador ha ido cambiando, que los asistentes también y que lo han hecho muchos jugadores. Pero parecen siempre los mismos. No cambia la idea, la adhesión, la seriedad, la entrega, el respeto...
¿Ven? Ese entusiasmo que me ganó en la frase precedente es el que me critican mis amigos. Por supuesto que no son entrenadores, ya que estos me entienden. Es verdad que soy uruguayo. Se podría decir que estoy casado con una argentina. Que tengos hijos argentinos. Decir que trabajé muchos años en Argentina y que tanto aprendí de mis colegas, que me trataron como a un igual, en exigencia, en respeto y en solidaridad.
Todo eso, pensaba yo, puede ser que esté influyendo en mí para ser tan pro argentino en esto del básquetbol. Sin embargo hablé con muchos colegas uruguayos y me contaban que lo mismo les sucede. También con jugadores uruguayos, luego leí algunos elogios en la prensa extranjera y finalmente encontré ESTO (Click aquí) del amigo Fabio Balassiano en su blog desde Río de Janeiro... ¿un brasilero? ¿un tipo de Río que escribe el título "Orgulho" en su blog y se refiere a la Selección Argentina? El asombro aumentó cuando entré en la "caixinha" de comentarios a ese post. Eran todos en apoyo. Es un blog que suelo frecuentar y se abre esa caixinha con la intención siempre de provocar polémicas, con cruces atroces en variadas discusiones. Pero en este caso seguía la magia.
Recién entonces entendí lo que está sucediendo. Yo buscaba algo que me pudiera suceder a mí, como cada uno que siente lo mismo ante el equipo argentino debe reaccionar. Sin embargo es en ellos que está el asunto. No es lo que uno siente sino lo que ese grupo provoca. La Selección Argentina es un coto de basquetboleros, encabezados por jugadores y entrenadores, con todo el apoyo de sus periféricos. No es la gente de traje, los que dicen los discursos ni los particulares. Esos también deben tener mucho mérito pero el principal es el de mantenerse al margen. Así cada cual actúa en su área específica y todos actúan en el área colectiva, pero lo hacen con tal compromiso y tal eficacia en el esfuerzo que da gusto verlo.
Si además llegan epopeyas como la de este reciente Mundial de Turquía 2010, donde tan solo perdieron un partido y donde metieron el goleador, el tercer goleador y el mejor asistente, además de un quinto puesto memorable por los rivales a través de los cuales pasó, se hace más fácil seguirlos y apoyarlos.
Ellos son los que han llevado a los periodistas que los cubren desde su país a mostrar unos conocimientos envidiables del deporte que transmiten y comentan, rodeándose de entrenadores laureados muchas veces para enriquecer esos comentarios y sumarse a la voluntad de crecimiento conjunto. Cordialidad entre todos los estamentos sin filos baratos. No tienen cabida los chusmas, los sabelotodos ni los superados que "sabían como había que hacer". Debe haberlos, como en todos los países, pero no se notan. No logran espacio porque el compromiso periodístico es con el desarrollo del juego, al igual de los demás. El compromiso es con el espectáculo y con la posibilidad de ensalzarlo lo más posible en búsqueda de mostrar la mitad llena de la copa y plantear en los ámbitos que correspondan la opinión acerca de la mitad más vacía y los criterios para seguir mejorando.
Todo ese conjunto de cosas que me ha tocado analizar hoy en la tranquilidad del domingo me parecieron interesantes como para volcarlas sobre papel virtual. Son ideas en voz alta y no pretenden ser pontificadoras de nada pero son las ideas que me remitían, sin que yo lo notara, al mismo sentimiento del brasileño Fabio en Río de Janeiro: "Orgulho"
Aunque ni él ni yo tenemos nada que ver pero es lo que nos hacen sentir. Lo más gracioso es que ellos no se enteran de lo que provocan incluso fuera de su propio país.
De pie ante esta formidable actuación albiceleste en Turquía y en varios años para atrás. ¿Porqué dudar de que siga para adelante?
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