El MVP del torneo fue elegido sin mayores dificultades, ya que los que podían aspirar a ser sus sombras se diluyeron por el camino sin llegar a la final del torneo.
Kevin Durant, jugador de Oklahoma City Thunder, ha sido la indiscutible estrella, liderando a los de 'Coach K' a conquistar el oro 16 años después de haberlo logrado por última vez.
Durant fue el mejor ante Turquía, siendo el máximo anotador con 28 puntos (38 en semifinales ante Lituania). Fue tercer máximo anotador del Mundial, con una media de 22,1 puntos y 6,2 rebotes, sólo superado por el argentino Luis Scola (27,1) y el neozelandés Kirk Penney (24,7). El joven jugador de la NBA figura entre los más esperados prospectos de crack “fuori clasi” para los futuros años en los que el básquetbol seguirá compitiendo por lograr una mayor difusión mundial y la masificación en la mayoría de países donde no se ha logrado aún.
Por el lado de los rebotes fue excluyente la actuación del chino que se viene en la NBA, además de la formidable aparición, una vez más de Luis Scola en los mejores cinco. También se coló el especialista, Lamar Odom.
En cuanto a la capacidad de asistir a sus compañeros, fue nuevamente un argentino el mejor en este Mundial. Repitiendo los honores de Miguel Cortijo en España 86, Mario Milanesio en algún mundial que no recordamos y de Pepe Sánchez en Indianápolis, el cordobés Pablo Prigione demuestra porqué en su país se debatió hace muchos años cuál era el fundamento más importante del juego y se llegó a determinar que, para los entrenadores argentinos, éste era su majestad El Pase. El cuarto argentino en lograr ese cetro desde que se tiene en cuenta la estadística no es casual y hay una mentalidad de trabajo detrás.
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