Liga Salteña de Básquetbol
La decisión del Consejo en la noche de ayer, en el sentido de rechazar la propuesta de Torneo Sub 23 para esta temporada, se nos ocurre como un nuevo obstáculo al desarrollo de los muchos jugadores que hoy el básquetbol de la ciudad convoca a la estructura de formativas en los clubes.
Es un obstáculo duro para todos aquellos que llegan al final de la tira de formativas y con la mala fortuna de cumplir 19 años quedan sin estructura donde seguir compitiendo.
Esto es una generalidad, porque sabemos que algunos chicos juegan a los 18 años en primera división. Incluso hay equipos que desarrollan a todos sus jóvenes jugadores en dicha categoría, a veces sin contratar, aunque cada vez suceda menos. Es un problema para la consolidación de valores que, sin ser brillantes a los 18, pueden convertirse en buenos jugadores en caso de encontrar competencia suficiente para continuar ligados al básquetbol. También es una lástima desde el punto de vista socio-educativo. El que tiene adolescentes cerca sabe que un objetivo corto en esas edades, aunque más no sea deportivo, ayuda mucho a mantenerse dentro de carriles sociales normales, con la ventaja educativa que un proyecto colectivo como el básquetbol implica para esos grupos de jóvenes. No entendemos a quienes no aprobaron la medida. Respetamos las decisiones de cada club porque conocemos del esfuerzo, a veces en solitario, del delegado, el que lleva las pelotas, los equipos, etc; muchas veces van todas estas tareas recargadas en la misma persona, pero nos parecía posible la solución a través de un diseño del torneo como se proponía, es decir, como preliminar del partido correspondiente al Salteño de mayores. Es nuestra opinión, y sabemos que esta decisión ha dejado infinidad de jóvenes con una gran amargura, habiendo planeado continuar con el básquetbol hasta fin de año, con todo lo que implica para enriquecer los entrenamientos y todo lo que rodea a los planteles principales de los clubes, a esa altura reforzados desde afuera y en su mayoría sin lugar para sub 23 que no jugarán nunca minutos de calidad, que perderán el hábito de entrenamiento y que finalmente se irán para siempre a la tribuna, en algunos casos ni siquiera eso, perdidos para la causa de nuestro deporte. Ojalá pueda reconsiderarse esta situación.
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