SALTODEPORTIVO

jueves, 22 de abril de 2010

El pomposo título puede volver a caerse esta temporada

Lo que comenzó en 2003 como una liga promisoria y como el gran motor del desarrollo en materia de básquetbol para nuestro país corre el riesgo una vez más de terminar en lo que antes era el viejo “Federal”, jugado exclusivamente por equipos de Montevideo. El sistema que habían ideado en Paysandú para lograr el reenganche del Paysandú BBC parece haber sido un buen intento de financiar entre todos la reaparición del equipo. Pero sucede que así no funcionan los equipos profesionales en el mundo. Es decir que no funcionan subvencionados por un Mecenas o por la división de ese mecenazgo entre 1000 socios aportantes, como se les había ocurrido en la vecina ciudad. Y ese proyecto de lograr mil socios cotizantes parece muy lejos de concretarse, o por lo menos de lograrse en los tiempos previstos para la requerida seguridad financiera que ahora parece que requieren quienes tomen la decisión de dirigir el proyecto para estar asegurados acerca de la financiación del proyecto. Lo mismo sucede en Rocha, donde quedó una deuda del entorno de los 30.000 dólares, manejable por un equipo que pretenda ser profesional pero muy lejos de las posibilidades de ese equipo rochense. No conocemos la realidad de Anastasia pero dicen que no está del todo clara. Y en Salto no está la plaza, una vez más, ante la no existencia de equipos de trabajo que estén dispuestos a aggiornarse y prepararse para el manejo de una institución profesional. Pero además en Salto no parece que haya voluntad de meterse en un proyecto profesional de este tipo en Básquetbol. Asustan algunas cifras que faltaron en el último año de participación de Salto Uruguay para cubrir el presupuesto, dinero que había faltado también aunque en cifras menores el año del campeonato ganado. Pero asustan, repetimos, por la falta de decisión de abordar el profesionalismo. Esas cifras volvieron a faltar este año en un proyecto de Ferro en este deporte que surgió tardío, extemporáneo y sin absolutamente ningún compromiso del grueso de la gente del club para lograr un éxito relativo o un aprendizaje que permitiera generar una continuidad en el tema. Sin embargo cuando uno busca algunos datos acerca del gasto en los equipos del fútbol local, se encuentra con cifras muy superiores a las que hemos mencionado como faltantes en el presupuesto de cada proyecto de básquetbol profesional de los que ha intentado la ciudad. Y eso revela una cosa: la masa de los clubes, y fundamentalmente sus dirigentes, aceptan el déficit cuando se trata del equipo y la actividad del fútbol local, pero reniegan de una cifra varias veces menor si el arrastre de dinero es provocado por el básquetbol. Es un perfil de los clubes salteños; es una opción lícita, pero no debe dejarse de reconocer que es una opción. Evidentemente no se ha conquistado dirigencia dispuesta a trabajar para una actividad de corte nacional, incluso lo fue internacional en el caso de Salto Uruguay, con una trascendencia total de la institución y de la ciudad a través de este deporte.

Un dirigente muy capaz y valioso de aquél equipo albiceleste que se retiraba de la competencia me demostró que tenía muy claro esto que yo escribo, pero su pregunta era, ante tamaño negocio por el que circula dinero a raudales para todos lados, exceptuando a los dueños del negocio e inversores en el mismo que son los clubes, cuál pensaba yo que era el fundamento que justificara su trabajo gratuito, desinteresado, agotador, y hasta sus problemas de salud y estrés provocados por la intensa actividad que implica administrar una empresa deportiva que mueve unos 300.000 dólares en tan solo 7 u 8 meses. Tenía razón, no supe qué contestarle. Es por eso que no se puede ir a buscar dirigentes que uno cree capaces o generar estructuras que uno piensa que pueden generarse fácilmente para mantener un equipo en la Liga Profesional, hasta tanto la propia Liga no encare de forma realmente profesional el desafío. Es por eso que se hace difícil trabajar para un torneo que de Liga lo único que tiene es el nombre. Lamentamos profundamente anunciar, una vez más, que nos parece casi imposible que sigan existiendo equipos del Interior en este formato de competencia profesional que no es más que una invitación a sumarse al viejo “Federal” para los equipos no montevideanos. Deseamos no estar en lo cierto pero la lógica de la organización así lo indica y creemos que no tendremos la suerte inmensa de equivocarnos. Ya será hora de volver a andar el camino que iniciáramos en 2002 y que terminara con un proyecto exitoso de 2003, generado en base a juntada de voluntades, humildad y capacidad de escucharnos entre muchos estamentos del interior del país. Hay que seguir.

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