SALTODEPORTIVO

viernes, 9 de abril de 2010

Panorama incierto de Liga en general y Salto en particular

Se ha definido una nueva presidencia de la Liga Uruguaya, en este caso un ex dirigente neutral de la misma, proveniente de Sayago del cual oficia como delegado ante la FUBB. Nos referimos al Dr. Grecco que tuvo un pasaje como neutral y que vuelve a esa actividad, en nuestro concepto con una gran capacidad para administrarse como dirigente de una institución barrial como es Sayago, pero muy lejos de una actividad experiente, yo diría que incluso falto de interés por el rubro correspondiente al Alto Rendimiento Deportivo y la estructuración con carácter profesional de ese nivel deportivo. No pretendo criticar al Dr. Grecco como individuo, sino dejar al descubierto una manifestación más de la óptica errónea con que se encara la organización deportiva en este país. La primer decisión, incluso condición, que habría puesto Grecco para tomar el cargo en la LUB parece que sería la contratación de un Gerente Deportivo de la competencia. ¿Deportivo? Pues parece una instancia más en la que, tocando de oído, se elige a alguien para un cargo que es muy buen tipo, muy voluntarioso, desinteresado desde el punto de vista económico personal y hasta valioso en más de una actividad administrativa/dirigencial que podría desarrollarse dentro de la propia FUBB. Ahora nos referimos a nuestro amigo personal Juan Chifflet. Decíamos que tocando de oído, se ha escuchado mucho que las grandes ligas profesionales, las que funcionan en el mundo, tienen una gerencia de liga que actúa administrativamente y deportivamente en beneficio de la competencia, representa al todo de la misma y a la vez a nadie responde de cada uno de sus integrantes que son los equipos. Tampoco toma decisiones de fondo. Solo gestiona. Y pone a consideración su gestión a término. Diseño del producto competitivo que se venderá, proyecto deportivo para levantar ese producto, diseño de estructuras organizativas en todos los estamentos para colectivizar estos criterios, de forma que todos trabajen primero por el bien común de la competencia que asegurará su permanencia en el tiempo. Hay mucha historia bien rica en diferentes ligas, incrustadas en bien diferentes situaciones sociales, políticas y demográficas de tantos países que empujan el desarrollo avasallante de nuestro deporte en la historia contemporánea de la educación y la cultura humanas.

Pero nosotros tomamos el título de las innovaciones que dan resultado en el mundo y se lo endilgamos a nuestras viejas, mismas estructuras de siempre. Así sucedió en 2004 luego de que la Liga Uruguaya de Básquetbol fuera un éxito y demostrara ser posible de desarrollar en fecha distinta al viejo torneo Federal de Montevideo y con gran brillo y extensión territorial. ¿Cuál fue la solución buscada? Se neutralizó la idea, llevándola al año siguiente a fundirse con aquél Federal que fue brillante pero que hace décadas está perimido como estructura deportiva. Es decir, donde había una buena Liga inicial se dejó NADA, o mejor dicho aquellos desfinanciantes Regionales de Ascenso del Interior que pasaron a jugarse en aquella fecha para fundir clubes y no lograr jamás que alguno de ellos aceptara el lugar de ascenso ganado en la cancha. Pero donde había un mal Federal se puso lo que quedó de aquél exitoso proyecto inicial de Liga que era sumado al Federal y no alternativo. En definitiva se cambió el nombre del Campeonato Federal y se cambió el nombre de lo que era una estructura de Liga. Se llevó a los 4 del Interior a jugar el Federal, eso sí, pasando a llamarlo Liga Uruguaya. El resultado para quienes tienen algo de contacto con la historia de la organización deportiva por el mundo reciente, no podía ser otro que el que se ha venido constatando. Empeorar todo porque algunos de los socios de Montevideo no podrían mejorar y ser profesionales.

Algo de lo mismo sucede con estos cargos con que iniciamos la nota. Al viejo Presidente del Consejo de Neutrales se le ha endilgado el remozado nombre de Presidente LUB. Y la persona elegida que sería el Dr. Grecco algo ha escuchado de Managers y Gerencias deportivas. Entonces fue y contrató a un dirigente de la vieja estirpe, sin preparación alguna para el cargo. Y le puso el nombre. Es decir que en Uruguay fingimos que estamos acompasados a los progresos de la organización deportiva internacional. Y para despistar designamos a los viejos dirigentes, con sus viejas características (si fuera posible abogados o profesionales universitarios) para ponerle los nuevos y modernos nombres. Es como que designáramos a Juan Chifflet “Gerente del Área arbitral” que también existe hoy en todas las Ligas. ¿No es lo que ha venido haciendo Juan los últimos 6 o 7 años? ¿Qué estamos cambiando con el título de Gerente?

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