Finalmente anoche salió el esperado "humo blanco" característico del Vaticano cuando se resuelve la designación de nuevo Papa. En este caso es un humo algo más espeso e imaginario, aunque no menos costoso y trabado, con especulaciones en el entorno chico del deporte del cesto, en el centro de la ciudad. Lo que parecía increíble finalmente sucedió: se integra un cuerpo de neutrales con las personas que tienen ganas de trabajar, que tienen la conformidad de todo el ambiente del básquetbol salteño y que nunca ni se plantearon algún problema con seguir en la brecha.
Parecía increíble que sucediera porque hubiese sido lo más normal y no hubiese puesto más de 20 días de zozobra en la conducción de un promisorio básquetbol local que viene en franco ascenso y que va conquistando poco a poco el corazón de la gente que había perdido. Pero lo normal es casi imposible de conseguir en nuestros intrincados vericuetos dirigenciales. Los de todo el país, que no solamente en Salto suceden estas cosas.
En fin, tomemos lo bueno y digamos que queda un grupo de trabajo que ha hecho muchos progresos en cuanto a la dirección de esta organización, sumando a un ex presidente que, al parecer va a colaborar como neutral con la virtud de que quizá no pueda ir a las reuniones de Liga (excelente condición para pensar en reducirlas y espaciarlas) más la suma de un excelente dirigente clubista que tuvimos la suerte de conocer en nuestro pasaje por el Club Nacional. Bienvenidos entonces los futuros esfuerzos y desde ya descontamos el éxito de la gestión, lo cual redundará en un nuevo ¿apoyo? de nuestros clubes salteños.
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