Atenas utilizó sus fortalezas en toda la serie, complicando a Biguá y obligándolo a adoptar integraciones no comunes y a modificar sus estilos de juego tan exitosos en los últimos tiempos. Eso ya es mucho. Así castigaba Atenas en lo interno y utilizaba la ventaja de Darius Rice, iniciando como un 4 pero sacando ventajas en el juego externo cuando era defendido por un grande. Cuando Biguá modificó su integración inicial, colocando 3 perimetrales y a Mauricio Aguiar como 4, Atenas volvió a modificar quitando minutos a Silveira para utilizarlos con Cámpora o Nicolás Barrera. Eso permitió que se disfrazara el 4 con el 3 y muchas veces quedó Nico posteado contra García Morales y Rice lejos sacando un grande de la pintura defensiva.
Pero García encontró una solución con esta integración que, si bien otorgaba estos miss match circunstanciales, le permitió llegar a todos los finales con sus dos únicos grandes utilizables para esta instancia.
Atenas inició el último juego con una defensa individual para quitarle un objetivo a los trabajos de Biguá en lo previo, seguramente orientados a la ofensiva contra la exitosa zona del partido anterior. Sin embargo el fracaso ofensivo de Atenas lo condenó a cambiarse muy rápidamente a la zona. El cambio visible en la estrategia ofensiva de Biguá ante dicha zona, fue una mucho mayor utilización del rompimiento, con posibilidades mayores de asistencia al pivot, quien trabajó a espaldas del central defensivo, en el cajón detrás del tablero. Allí pesó mucho el norteamericano de Biguá que sin embargo tenía el partido en la paridad que más le convenía. Llegó al final con una corta ventaja que hizo olvidar al perímetro de Biguá sus intentos interiores para volver al triple salvador. De no haber sido por el excelente trabajo de Wolkowitsky en el rebote ofensivo, Atenas pudo cerrar el partido en los dos últimos minutos. Hasta que llegan dos instancias decisivas: una penetración de Panchi Barrera que resuelve con un tiro de espaldas, a mi juicio debió ser con falta incluída por parte de García Morales, y el minuto en el que García diseña el último tiro para igualar en manos de Wolkowitsky, lo cual parecía facilitar el rebote defensivo de Atenas en caso de error. No sucedió así y Atenas perdió el rebote del partido, sumándole que defendió mal esa última pelota Silveira, parado con sus pies horizontales ante Osimani y defendiendo el doble sin salir a ceder la penetración negando el tiro de 3.
El tiempo suplementario trajo la lesión de Rice que pudo ser clave porque del otro lado, aunque salió Osimani, estaba García Morales con mucha puntería y un acople perfecto de sus compañeros, ahora sí en sensación de superioridad. Mérito de Biguá, muchos méritos de Atenas también y las leyes secretas de este juego que dijeron esta vez Biguá porque sí de dos que pudieron ganar con casi iguales méritos. Felicitaciones a los dos y ahora Biguá deberá cambiar algo porque el que viene es un equipo muy táctico. aunque nos parece que esta serie era la más fuerte.
Pero ya saben lo que opinamos acerca de los pronósticos en este deporte fatal.
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