SALTODEPORTIVO

miércoles, 25 de marzo de 2009

Sin equipo de Salto sigue la LUB


La decisión de Universitario de Salto se veía venir hace ya unos 30 días. Una cierta parálisis y demoras manifiestas en llevar a la práctica movimientos que se habían definido oportunamente por parte de quienes intentaban la participación, ya estaban dando una pista. Finalmente se concretó la decisión por no participar, sin dudas la que a priori defendían los dirigentes más importantes del Club.
El grupo del básquetbol, con gran entusiasmo para lograr la participación, no logró independizarse de esos movimientos, que eran encargados invariablemente a las autoridades más importantes del club. Y esto, como se sabe, no es para personas, profesionales en este caso, con actividad privada muy intensa y que dedica un rato a la loable tarea de dirigir los destinos de un club deportivo. Acá estaba en juego una empresa deportiva profesional. Y eso en este país sigue sin estar claro. Es una tarea para gente preparada en esa disciplina, la organización deportiva, de la misma forma que la contabilidad de una empresa es confiada a Contadores preparados durante años a tal efecto. Lo contrario sí que es riesgoso para los clubes.
Una lástima porque, a pesar de algunas reacciones histéricas por parte de los clubes de Montevideo reclamando rápidamente ventajas que se supone estaban para captar equipos del interior, en materia de recaudación y otras, la propuesta de los Sres Neutrales era atractiva y permitía soñar con un equipo jugando en nuestra ciudad. No se dio pese al esfuerzo y la tozudez del Dr. Castillo y sus compañeros quienes, nos consta, van a seguir insistiendo en la expansión del básquetbol profesional a todo el país. Chocarán como hasta ahora y a partir de la segunda temporada de Liga Uruguaya, con la lógica de la organización que lograron imponer quienes no creían al principio en esta posibilidad de torneo (varios clubes de Montevideo), lógica que vistió de Liga un torneo que sigue siendo federativo y que engloba a todos, incluyendo quienes no deberían participar en este nivel, lo cual deja las cosas muy lejos de una apuesta de Liga Profesional.
Lo peor es que la lectura que hacen desde la prensa nacional sigue siendo "las dificultades del interior hacen imposible la Liga" cuando las dificultades no son del interior sino que son también de la capital. Basta con escuchar las últimas declaraciones del Presidente de Aguada que declara que "nadie quiere participar de una Liga que no debería existir, con contratos millonarios donde se paga más que en el fútbol ¿?" al tiempo que anuncia que Aguada sí va a participar de la Liga.
Pero también es, fundamentalmente, una dificultad estructural de la propia Liga y de la organización del básquetbol uruguayo. Es esa lógica espasmódica que impide organizar un verdadero torneo profesional para quienes pueden hacerlo, en beneficio de quienes no pueden llegar a ese nivel y por tanto deberán desarrollar un torneo alterno en el tiempo y en sus objetivos económico-financieros relacionados con la calidad del espectáculo que estén dispuestos a generar para la venta.
Es decir que parece inevitable otro impasse de algún año más para retomar el camino original, el que en 2003 diera lugar a la primera liga (y única pensamos nosotros). Este camino consistió en generar un proyecto de torneo, buscando en cada lugar del interior del país, quienes son las personas ideales para llevar adelante el proyecto y luego de armado este torneo, elegir de qué forma se determinan equipos de la capital del país que se sumen a una Liga verdaderamente profesional que desarrolle el potencial nacional que tiene nuestro deporte.
En 2003 fue un error el sistema de selección de estos equipos montevideanos, incorporando a la Liga a sus propios enemigos que, sin saberlo, se volvieron sus propios verdugos.

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